Evangelizar y Educar

Monseñor Roubineau tenía la firme convicción de que la evangelización debía ir de la mano de la educación.

 

Su sueño era “formar jóvenes que tengan a Dios, capaces de servir a la patria y de constituir hogares”. Por eso, erigió una escuela para trabajar desde sus aulas en la promoción de valores humanos, cristianos y morales, para transmitir el amor a Dios y para promover en todos los estudiantes el compromiso por su comunidad.

A lo largo de estos años, esa misión evangelizadora y de responsabilidad social, fueron los ejes que sostuvieron, y lo siguen haciendo, a esta gran familia educadora, materializados en valores como el amor al prójimo, la devoción cristiana, la solidaridad, la esperanza y el perdón.

Queremos transmitir a nuestros niños y jóvenes la confianza de un Dios que nos ama, que nos enseña a dar y a respetar al otro. Un Dios que está vivo y presente en cada una de nuestras actitudes.

De esa manera, seguimos haciendo realidad el sueño de nuestro fundador, el padre Roubineau.

“La Escuela está llamada a formar personas religadas a Dios, para renovar la faz de la tierra”.

(Ramón Roubineau)